miércoles, 12 de marzo de 2014

HACER REALIDAD NUESTROS SUEÑOS

Mi publicación de hoy va dedicada a una gran bailarina mexicana, Zaira, una bailarina sorda. Hace unas semanas fue la primera vez que escuché hablar de ella y me resultó muy interesante su historia, por ello hoy la he querido nombrar.
Con tan solo cuatro años Zaira, que veía en los teatros y los palenques a su madre y a su tía, Beatriz y Carolina Hadas Dosal, integrantes del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, imitaba ante el espejo los movimientos coreográficos y gesticulaba como si estuviera cantando pero sin emitir ningún sonido. Tal fue la persistencia de la niña sorda que a los ocho años, su mamá le pidió a la maestra Roseira Marenco, bailarina mexicana, integrante de la Compañía de Danza de Bellas Artes,que le enseñara a su hija baile regional.
En un principio, la coreografa descartó la posibilidad de que la niña pudiera acoplarse a la música y sólo para salir del paso, como un mero pasatiempo, le enseñó a contonearse al ritmo de la Bamba y del Jarabe Tapatío. Sin embargo, un par de semanas después, la maestra advirtió que Zaira tenía una enorme soltura para el baile regional, y se las ingenió para acoplar sus pasos a la música indicándole a señas cuando podía dar inicio y cuando debía terminar el bailable.
Mediante reiterados ensayos, la bailarina sorda memoriza los movimientos, lo mismo de una danza árabe o hindú, que de un zapateado flamenco o de una cadenciosa jarana yucateca. Su mamá, a prudente distancia la dirige a señas, le indica los cambios de la música, y Zaira sabe cuando debe caer de rodillas o cuando debe hacer un giro a la derecha o desplazarse un poco a la izquierda. Cuando baila, ella percibe en sus pies la vibración acompasada de ciertas percusiones y bajos muy graves que retumban sobre la duela del escenario.
Apenas concluyó el primer año de preparatoria, Zaira Hadas desertó del bachillerato para entregarse de tiempo completo a sus tres pasiones: el baile, la fotografía artística y la actuación.
En la actualidad, Zaira se gana la vida principalmente como fotógrafa de eventos sociales y en un estudio fotográfico que atiende con su mamá ubicado dentro de la caballeriza de una ex hacienda, en Villa coapa, al sur de la ciudad de México.
Esta artista ha recibido numerosos reconocimientos a lo largo de su trayectoria profesional en diferentes lugares del mundo.
Zaira es un claro ejemplo de una persona luchadora , que ha demostrado a lo largo de su vida que, con ganas,fuerza y valentía,se puede conseguir todo aquello que nos planteemos.Muchas veces pensamos que no somos capaces de lograr nuestros objetivos y nisiquiera nos esforzamos por intentarlo.Me gustaría que mi publicación de hoy les ayudase a todos/as a cargarnos de positivismo para conseguir hacer realidad nuestros sueños.

1 comentario:

  1. Tienes toda la razón Belén. Todos estamos capacitados para poder lograr nuestros sueños, porque esa es la mayor satisfacción que puede haber para una persona. Y para ello hay que tener una constante lucha y perseverancia, porque ante todos somos personas iguales.

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